¿Por qué PVC? - Conoce las claves de sus ventaja

¿Por qué PVC? - Conoce las claves de sus ventajas

Seguridad: El PVC como material resistente al fuego

Uno de los mayores desafíos en la industria de los plásticos es su comportamiento frente al fuego. En muchas aplicaciones, la resistencia al fuego es un factor clave en la selección del material adecuado. En este sentido, el PVC presenta una ventaja considerable sobre otros plásticos por su alta resistencia al fuego y su naturaleza autoextinguible

• no es inflamable: el PVC destaca por ser un material que no arde fácilmente. Esto se debe a que contiene cloro en su estructura química, lo que le proporciona una resistencia inherente al fuego. A diferencia de otros plásticos como el polietileno o el polipropileno, que son altamente inflamables, el PVC requiere una temperatura muy alta para comenzar a arder.
• es autoextinguible: esto significa que, una vez que se retira la llama (o la fuente externa origen de la ignición), el PVC deja de arder de inmediato por sí solo. Esta propiedad es de gran importancia en aplicaciones como sistemas de cableado eléctrico, donde un material inflamable podría causar incendios. Gracias a su capacidad autoextinguible, el PVC reduce significativamente el riesgo de propagación del fuego, lo que lo convierte en una opción segura para entornos sensibles a la seguridad.

Sostenibilidad: balance medioambiental claramente a favor del PVC

Desde el punto de vista del impacto ambiental, el PVC destaca frente a otros plásticos como la opción más sostenible, debido a su mejor balance medioambiental: en efecto, ya desde su fabricación requiere un consumo de energía y de recursos mucho menor el resto de polímeros.

• 43% frente a 100%: mientras que todos los demás plásticos proceden 100 % del petróleo, que es un recurso cada vez más limitado, en el caso del PVC, esta dependencia se reduce al 43%, pues el origen del restante 57% es algo tan simple como la sal común (cloruro de sodio), que es una materia prima prácticamente inagotable en nuestro planeta. Esta composición da al PVC una gran ventaja sobre cualquier otro plástico en términos de sostenibilidad.
• gran ahorro de energía: en cuanto a consumo energético, la producción de PVC es la más eficiente de entre todos los plásticos. Para fabricar 1 kg de PVC se requieren aproximadamente 14 kWh de energía. En comparación, la producción de polietileno (PE) o polipropileno (PP) requieren cerca de 18 kWh por kg.

Por tanto, desde una óptica medioambiental, un producto nuevo fabricado con PVC, ya parte con ventaja frente al un producto similar, pero producido con otro plástico. Y esa ventaja se mantiene o incrementa con el uso, gracias a su larga vida útil, y con la simplicidad de su reciclaje cuando esa vida llega a su fin:

• larga vida útil: los productos de PVC, tienen una vida útil que puede superar los 50 años. Por su resistencia a la corrosión, a la intemperie y a muchos productos químicos, es un material ideal para aplicaciones de larga duración. Esto significa que, en comparación con otros plásticos o materiales, el PVC necesita ser reemplazado con menos frecuencia, lo que reduce el uso de recursos y la generación de residuos.
• reciclabilidad: por último, si se hace una correcta clasificación de los residuos, el PVC se recicla con suma facilidad, por medios exclusivamente mecánicos (sin intervención de disolventes), a un coste asequible y con una pérdida mínima de propiedades, que permiten repetir el ciclo materia prima-producto-residuo-materia prima al menos 7 veces

¿Pero entonces por qué ...

Probablemente os preguntaréis, por qué siendo un material tan sostenible y seguro, muchas veces se oyen o leen lemas contrarios a su uso. Pues bien, esto se debe a algo que ocurrió hace unos 35 años: en aquellos tiempos, la industria de producción de esta materia prima era bastante contaminante, y esto movió a Greenpeace a organizar una fuerte campaña de presión, que duró bastante tiempo. Gracias a aquella campaña, las regulaciones en Europa y EEUU se hicieron muy severas y forzaron a la industria del PVC a renovarse totalmente. Ya hacia el año 2000, esta industria se había convertido en la más limpia y avanzada de todas las productoras de materias primas plásticas, y ha seguido desde entonces avanzando, y siendo un ejemplo para las demás. Las críticas que a veces aún oímos, son solo los ecos lejanos de aquella batalla memorable.

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