Desde hace unos 25 años se viene hablando de los ftalatos, con una preocupación creciente en los ciudadanos de todo el mundo sobre sus efectos nocivos para la población en general, y especialmente para los más pequeños y para las mujeres gestantes.
Estas sustancias químicas se utilizaban ampliamente en el pasado en una variedad de productos de consumo, como juguetes, cosméticos y envases de alimentos. Sin embargo, es importante saber que, en Europa, los legisladores y la propia industria trabajaron muy activamente durante años para limitar primero y eliminar después el uso de los ftalatos, y que actualmente ningún producto puesto en el mercado por empresas europeas contiene estas sustancias.
¿Qué son los ftalatos y cuáles son sus efectos nocivos?
Los ftalatos son compuestos químicos utilizados principalmente como plastificantes, es decir, que se agregan a la formulación de algunos materiales plásticos para hacerlos más flexibles. También se han empleado tradicionalmente en muchos productos cosméticos. Físicamente tienen la apariencia de un líquido aceitoso y transparente, y se mezclan con las materias primas antes de procesarlas para convertirlas en un producto final.
Los ftalatos se dividen en dos familias principales: los de bajo peso molecular, entre los que se encuentran el DEHP (a veces llamado DOP), el DBP y el BBP; y la familia de alto peso molecular, como el DINP, el DIDP y otros muchos.
Hace unos 30 años empezaron a aparecer estudios que sugerían que la exposición prolongada a altos niveles de ftalatos puede estar asociada con problemas de salud, como alteraciones hormonales, disfunción reproductiva, daño hepático y incluso algunos tipos de cáncer. Por esta razón, los legisladores europeos comenzaron a tomar medidas para limitar o prohibir el uso de ciertos ftalatos en productos de consumo.
La situación en Europa: regulación y eliminación de los ftalatos
En Europa, la regulación de sustancias químicas se lleva a cabo principalmente a través del Reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas) y del Programa de Identificación de Sustancias Altamente Preocupantes (SVHC) de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés).
Estos organismos vigilan continuamente la aparición de nuevas sustancias químicas y estudian sus efectos, e introducen 2 veces al año nuevas restricciones en la lista SVHC de sustancias restringidas. A lo largo de los años, la mayoría de los ftalatos fueron restringidos y algunos se llegaron a prohibir totalmente para su uso en productos de consumo. Actualmente, todos ftalatos de bajo peso molecular están prohibidos en Europa, y los de alto peso están restringidos en algunos usos, por ejemplo, están prohibidos para cualquier artículo que un menor de 3 años se pueda llevar a la boca.
Además de esta actividad por parte de las autoridades, la industria europea hace ños que decidió adelantarse a la regulación, y fue eliminando progresivamente el uso de los ftalatos en los productos y aplicaciones que aún no están restringidos por la ECHA, hasta llegar a sustituir voluntariamente todas esas sustancias por otras alternativas, más seguras y sostenibles, para fabricar productos plásticos inofensivos para la salud.
Otras áreas del mundo: diferencias en la regulación y uso de ftalatos
Mientras que Europa ha avanzado sin descanso mediante estrictas regulaciones que han llevado a la eliminación de ftalatos, la situación es diferente en otras partes del mundo, como muchos países de Asia y América. En algunos países, los ftalatos aún pueden ser ampliamente utilizados en diversos productos de consumo debido a una regulación menos estricta o a una falta de aplicación de las normativas existentes.
Como consecuencia de esto, muchos productos de importación con componentes prohibidos consiguen llegar al mercado europeo.
No se puede achacar a las autoridades europeas una falta de control: quien tenga curiosidad, puede visitar la web del Safety Gate, el sistema europeo de alertas rápidas para productos peligrosos no alimentarios, que recibe cientos de alertas semanales. Utilizando los filtros disponibles, se puede averiguar por ejemplo que, solo en los tres primeros meses de 2024, ya ha habido 176 alertas referidas a juguetes y productos para uso infantil.
Pero por mucho que queramos, es imposible revisar el 100% de los productos que entran en Europa procedentes de China y otros países proveedores, que representan millones de toneladas mensualmente.
Por lo tanto, es importante que los consumidores estén informados sobre la procedencia de los productos que adquieren y se aseguren de que cumplen con las regulaciones de seguridad vigentes en Europa.
Hay que hacer una compra responsable y sobre todo cuando está en juego la salud de los más pequeños: un producto europeo cuesta un poco más, pero sabemos que es seguro. Los productos no europeos, y principalmente los asiáticos, no siempre respetan nuestra legislación.
Conclusiones: mejor no bajar la guardia
Los ftalatos son unas sustancias peligrosas para las personas, muy especialmente en el periodo que va desde la gestación hasta los 3 años de edad.
Los residentes en Europa pueden estar tranquilos, siempre y cuando utilicen productos fabricados en la Union Europea, ya que el uso de ftalatos en productos de consumo se ha erradicado.
Sin embargo, los productos importados de terceros países no siempre cumplen con las regulaciones europeas y las autoridades no pueden evitar que algunos de ellos escapen a los controles y lleguen al mercado.
En conclusión: la conciencia del consumidor es clave, y está en su mano proteger su salud y la de sus familiares eligiendo productos europeos, al menos en todo lo destinado a la infancia y a las mujeres embarazadas.
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