• Primer puesto en Europa en reciclaje de los residuos plásticos procedentes de envases, con un 50,7%, seguidos por Países Bajos con 50,4% y Alemania con 50%
• También primeros en reciclaje del total de residuos plásticos, de cualquier procedencia, con un 41,9%, seguidos en este caso por Alemania con 38,6% y Países bajos con un 33,7%
Y seguimos en la buena línea: España ha sido el primer país europeo en regular legalmente el reciclaje químico, con la aprobación de la LRSC (Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular), el pasado 8 de abril.

¿Qué es el reciclaje químico?
Ese 41,9 % de todos los residuos plásticos que reciclamos en España, más de 1 millón de toneladas, se procesan por medio del llamado “reciclaje mecánico”, que consiste básicamente en: (1) separar los residuos en piezas independientes (2) clasificar las piezas según el tipo de plástico, (3) triturar los residuos ya clasificados, (4) limpiar el triturado separando impurezas, (5) fundir el triturado ya limpio y (6) convertirlo en granza (granulado) o polvo, listo para reutilizar para fabricar productos nuevos.
Pero , … ¿por qué no se recicla el 100%?
Pues porque el reciclaje mecánico solo es posible cuando las piezas que se trituran tienen solo plástico, y solo un tipo de plástico. Pero muchas piezas y componentes plásticos van unidos a otras piezas de otros materiales, ya sean plásticos o no (por ejemplo plástico con adhesivo, plástico metalizado, envases multicapa … y muchos otros). En todos estos casos en que el reciclado mecánico no es posible, hasta ahora solo quedaba la incineración … o el vertedero. ¡ Y en España son casi 1,5 Mt millones de toneladas al año!
La solución a este problema está en camino: es el reciclaje químico.
El reciclaje químico consiste en descomponer las complejas moléculas de los plásticos hasta llegar a las moléculas más simples de las materias primas petroquímicas de las que provienen.

¿Y cuándo empezamos?
Hay tres tecnologías de reciclaje químico: pirólisis, solvólisis y degradación bio/enzimática. La primera se basa en fundir los materiales a temperaturas muy altas (más de 400 ºC) y es la que está más desarrollada. La solvólisis consigue la descomposición de las moléculas con una combinación de disolventes, presión y también temperatura, aunque menor que la de la pirólisis. Finalmente, la degradación bio/enzimática utiliza la acción de moléculas orgánicas y no requiere de grandes temperaturas, pero no es aplicable a todos los materiales.
Hasta ahora, estas tecnologías solo existían a nivel de laboratorio o, dicho de otra forma, los procesos ya funcionaban, pero los costes estaban muy por encima de los que admite el mercado. Pero en los últimos años se está avanzando muy rápido y España es uno de los países punteros: tenemos varias plantas piloto, muchos proyectos avanzados e incluso algunas plantas con capacidad industrial que ya han empezado a producir.
Así que, si seguimos por este buen camino, en pocos años podremos conseguir una circularidad completa para el 100% de los plásticos y dejar por fin de abandonar en los vertederos unos materiales que para el entorno son un residuo problemático por su longevidad y para la economía un recurso muy valioso.
©Triple Q, S.L. 2022-10 – Fuentes consultadas: Aimplas, EPRO, PIE y Plastics Europe